Que caritas de felicidad, empezamos a repartir y ni hablan sólo mojan y comen, terminan con unos "morritos" manchados que los que están para comérselos son ellos.
Disfrutad aquí de vuestros hijos, ya que no podéis verles en el momento de repartir el chocolate, reíros con sus cosillas y con la cara que se les queda.
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